El texto siguiente es una adaptación del discurso de Goenkaji «¿Es esto todo lo que hay? El significado de la felicidad», pronunciado en el Foro Económico Mundial, Davos, el 31 de enero de 2000.
Todas las personas que asisten a este foro forman parte de un grupo único en nuestro planeta. Por lo general, se encuentran entre las personas más ricas, poderosas y exitosas del mundo. El mero hecho de ser invitado a asistir al Foro Económico Mundial es un reconocimiento del estatus eminente que cada participante ha alcanzado entre sus pares. Cuando alguien tiene toda la riqueza, el poder y el estatus que cualquiera podría desear, ¿es necesariamente feliz? ¿Son todos estos logros y la satisfacción personal que aportan «todo lo que hay»? ¿O existe un grado mayor de felicidad que es posible alcanzar?

La felicidad es una condición efímera. Es rápidamente fugaz; está aquí en un momento y al siguiente ya se ha ido. Un día, cuando todo va bien con tu negocio, tu cuenta bancaria y tu familia, hay felicidad. Pero ¿qué pasa cuando ocurre algo indeseado? ¿Cuándo algo totalmente fuera de tu control perturba tu felicidad y armonía?
Todas las personas del mundo, independientemente de su poder y posición, experimentarán períodos en los que surgirán circunstancias que escapan a su control y que no son de su agrado. Puede ser el descubrimiento de que tienes una enfermedad mortal; puede ser la enfermedad o la muerte de un ser querido; puede ser un divorcio o el descubrimiento de que tu cónyuge te está engañando. Para las personas adictas al éxito en la vida, puede ser simplemente un fracaso en algo: una mala decisión empresarial, la venta de tu empresa y la consiguiente pérdida de trabajo, perder unas elecciones políticas, que otra persona obtenga el ascenso que tu deseabas, o que tu hijo se fugue de casa o se rebele y rechace todos los valores que aprecias. Independientemente de la riqueza, el prestigio y el poder que puedas acumular, estos acontecimientos indeseados y fracasos suelen causar un gran sufrimiento.
A continuación surge la pregunta: ¿cómo lidiar con estos períodos de infelicidad, que arruinan una vida que, por lo demás, sería ideal? Estos períodos están destinados a llegar incluso en la vida más encantadora. ¿Te comportas de manera equilibrada y ecuánime o reaccionas con aversión hacia la desdicha que estás experimentando? ¿Anhelas el regreso de tu felicidad? Además, cuando te vuelves adicto a la felicidad y a que todo salga siempre como tú quieres, la desdicha cuando las cosas no salen como tú quieres se hace aún mayor. De hecho, se vuelve insoportable. A menudo nos lleva a recurrir al alcohol para hacer frente a estas situaciones de decepción y depresión, y a tomar pastillas para dormir con el fin de obtener el descanso que necesitamos para seguir adelante. Mientras tanto, le decimos al mundo exterior y a nosotros mismos que somos sublimemente felices gracias a nuestra riqueza, poder y posición.
Provengo de una familia de empresarios y fui emprendedor y hombre de negocios desde muy temprana edad. Construí fabricas azucareras, de tejidos y de mantas, y establecí empresas de importación y exportación con oficinas en todo el mundo. En el proceso, gané mucho dinero. Sin embargo, también recuerdo vívidamente cómo reaccionaba ante los acontecimientos de mi vida empresarial y personal durante aquellos años. Cada noche, si no había tenido éxito en una transacción comercial durante el día, me quedaba despierto durante horas tratando de averiguar qué había salido mal y qué debía hacer la próxima vez. Incluso si había logrado un gran éxito ese día, me quedaba despierto saboreando mi logro. Aunque experimentaba el éxito, esto no me proporcionaba ni felicidad ni paz mental. Descubrí que la paz estaba muy relacionada con la felicidad y que, con frecuencia, no tenía ninguna de las dos, independientemente de mi dinero y mi estatus como líder en la comunidad.
Recuerdo uno de mis poemas favoritos relacionado con este tema.
“Es fácil ser agradable cuando la vida fluye como una dulce canción. Pero el hombre que vale la pena es aquel que puede sonreír cuando las cosas salen mal.”
La forma en que cada uno de nosotros afronta estos periodos en los que las cosas «van muy mal» es un componente importante del «significado de la felicidad», independientemente de nuestro dinero, poder y prestigio.
Es una necesidad humana básica que todo el mundo quiera vivir una vida feliz. Para ello, hay que experimentar la felicidad real. La llamada felicidad que se experimenta al tener dinero, poder y entregarse a los placeres sensuales no es felicidad real. Es muy frágil, inestable y fugaz. Para alcanzar la felicidad real, la felicidad duradera y estable, hay que hacer un viaje al interior de uno mismo y deshacerse de toda la infelicidad almacenada en los niveles más profundos de la mente. Mientras haya desdicha en lo más profundo de la mente, todos los intentos de sentirse feliz en la superficie de la mente resultarán inútiles.
Esta reserva de infelicidad en lo más profundo de la mente sigue multiplicándose mientras uno siga generando negatividad, como ira, odio, malicia y animosidad. La ley de la naturaleza es tal que, tan pronto como uno genera negatividad, surge simultáneamente la infelicidad. Es imposible sentirse feliz y en paz cuando se genera negatividad en la mente. La paz y la negatividad no pueden coexistir, al igual que la luz y la oscuridad no pueden coexistir. Existe un ejercicio científico sistemático desarrollado por un gran super científico de mi antiguo país mediante el cual se puede explorar la verdad relativa al fenómeno mente-cuerpo a nivel experiencial. Esta técnica se llama Vipassana, que significa observar la realidad objetivamente, tal como es.
La técnica ayuda a desarrollar la facultad de sentir y comprender la interacción de la mente y la materia dentro de la propia estructura física. La técnica de Vipassana implica la ley básica de la naturaleza de que, cada vez que surge una impureza en la mente, simultáneamente comienzan a suceder dos cosas a nivel físico. Una es que la respiración pierde su ritmo normal. Empiezo a respirar con dificultad cada vez que surge una negatividad en la mente. Esta es una realidad muy burda y evidente que todo el mundo puede experimentar. Al mismo tiempo, en un nivel más sutil, se inicia una reacción bioquímica dentro del cuerpo: experimento una sensación física en el cuerpo. Cada impureza genera una u otra sensación en alguna parte del cuerpo.
Esta es una solución práctica. Una persona común no puede observar las impurezas abstractas de la mente: el miedo, la ira o la pasión abstractos. Pero con el entrenamiento y la práctica adecuados, es muy fácil observar la respiración y las sensaciones, ambas directamente relacionadas con las impurezas mentales. La respiración y las sensaciones ayudarán de dos maneras. En primer lugar, tan pronto como una impureza comienza en la mente, la respiración pierde su ritmo normal. Comenzará a gritar: «¡Mira, algo ha salido mal!». Del mismo modo, las sensaciones me dicen: «Algo ha salido mal». Debo aceptar esto. Entonces, habiendo sido advertido, comienzo a observar la respiración, las sensaciones, y descubro que la impureza pronto desaparece.

Este fenómeno mental-físico es como una moneda con dos caras. Por un lado están los pensamientos o emociones que surgen en la mente. Por el otro lado están la respiración y las sensaciones en el cuerpo. Cada pensamiento o emoción, consciente o inconsciente, cada impureza mental se manifiesta en la respiración y la sensación de ese momento. Así, al observar la respiración o la sensación, se está observando indirectamente la impureza mental. En lugar de huir del problema, estás enfrentando la realidad tal como es. Entonces descubres que la impureza pierde su fuerza; ya no puede dominarte como lo hacía en el pasado. Si persistes, la impureza acaba desapareciendo por completo y tú permaneces en paz y feliz.
De esta manera, la técnica de la autoobservación nos muestra la realidad en sus dos aspectos: exterior e interior. Antes, uno siempre miraba hacia fuera con los ojos abiertos, perdiéndose la verdad interior. Los seres humanos siempre han buscado fuera la causa de su infelicidad. Siempre han culpado y tratado de cambiar la realidad exterior. Al ignorar la realidad interior, nunca han comprendido que la causa del sufrimiento se encuentra dentro, en sus propias reacciones ciegas.
Cuanto más se practica esta técnica, más rápido se puede salir de las negatividades. Poco a poco, la mente se libera de las impurezas y se vuelve pura. Una mente pura está siempre llena de amor, de amor desapegado por todos los demás; llena de compasión por los fracasos y sufrimientos de los demás; llena de alegría por su éxito y felicidad; llena de ecuanimidad ante cualquier situación.
Cuando se alcanza esta etapa, todo el patrón de la vida comienza a cambiar. Ya no es posible hacer nada, ni verbal ni físicamente, que perturbe la paz y la felicidad de los demás. En cambio, la mente equilibrada no solo se vuelve pacífica, sino que también ayuda a los demás a alcanzar la paz. La atmósfera que rodea a una persona así se impregnará de paz, armonía y felicidad verdadera, lo que también comenzará a afectar a los demás.
Esta experiencia directa de la realidad dentro de uno mismo, esta técnica de auto-observación se llama Vipassana y es una forma sencilla y directa de llevar una vida verdaderamente feliz.
Hay diferentes componentes para llevar una vida feliz. Varios de ellos son relevantes para el grupo de personas que asisten al Foro. Cuando tienes todo el dinero y las posesiones que podrías desear, ¿cómo puedes disfrutar realmente de esas bendiciones cuando millones de personas en el mundo no están seguras de su próxima comida? Si bien no hay absolutamente nada de malo en ganar dinero para mantenerse a uno mismo, a su familia y a todos aquellos que dependen de ti, también debes retribuir a la sociedad. Obtienes tu riqueza de la sociedad, por lo que debes devolverle algo. La actitud debe ser: «Gano para mí, pero también gano para los demás».
Otro aspecto de la felicidad en los negocios es asegurarse de que lo que hagas para ganar dinero no perjudique ni dañe a los demás. Esta es una gran responsabilidad. El dinero ganado a costa de la paz y la felicidad de otros seres humanos nunca te traerá felicidad. La verdadera felicidad no son las posesiones, los logros, la riqueza o el poder. Es un estado interior que proviene de una mente pura y tranquila. Vipassana es una herramienta que ayuda a todos a alcanzar ese estado.